Nunca creí en el destino, ni en el amor, para mi esas dos cosas estaban muertas, pero llegaste para romper mis esquemas, para resucitar lo que estaba muerto y lo hiciste mejor que nadie.
Tú, el que ha puesto mi vida patas arriba, el que da color a mis días negros, el que camina de mi mano. Tú eres a quien necesito para ser feliz.
Somos dos locos enamorados el uno del otro, somos dos locos que nos morimos de ganas de comernos a besos y lo más bonito es que somos dos locos que nos queremos de una manera diferente al la de los demás y por eso nos gusta ser locos, porque somos diferentes al resto del mundo, porque alguien cuerdo jamás entenderá nuestra forma de querernos, de mirarnos, de besarnos y mucho menos de follarnos.
Somos dos locos a los cuales le encanta empañar los cristales del coche haciéndonos disfrutar, un loco que le encanta hacerme gritar y una loca que la encanta arañar.
Somos uno para el otro, dos almas rotas que encajaron a la perfección, que estaban destinadas a unirse, a hacerse la vida mas fácil, mas sencilla y mas bonita.