Y comencé a sentir algo extraño, algo que me asustaba, algo que me atemorizaba, pero que me encantaba.
Me vi reflejada en su mirada, en sus ojos verdes, conseguí verme de una manera en la que jamás lo había hecho nunca. Vi lo rápido que se pasaba él tiempo a su lado, vi lo bonito que quedaba nuestros dedos entrelazados, vi más de mil veces su sonrisa a milímetros de mis labios, vi él mundo en cada uno de los lunares de su espalda. Vi tantas cosas que aun así me siguen pareciendo poco.
Y si lo reconozco termine loca perdida por ser yo la única que estuviese encima suya, por ser la única que pudiera recorrer cada parte de él.
Reconozco que sigo siendo insegura, sigo teniendo ese miedo que le encanta estar dentro de mi, pero él esta ahí, para recordarme lo bonita que me veo sin maquillar, para recordarme que me quiere de cualquier manera, por encima de todo. Y yo sigo aquí, intentando que vea lo grande que es, lo grande que me hace sentir, intentando poder dejar todo él miedo atrás y demostrarle que es lo mas bonito que tengo.
Llámame loca, pero es algo que no puedo evitar al verte sonreír y saber que ni Madrid con sus luces es tan bonito.
Y que él amor no esta tan destruido como Roma.